EL PAPEL DE LOS PADRES EN LA INICIACION DEPORTIVAS DE SUS HIJOS.
Son muchos los estudios que han puesto de manifiesto que
entrenadores y padres son responsables, en gran medida, de las
consecuencias que sobre el desarrollo psicológico y físico tendrá la
práctica deportiva de sus deportistas o hijos. De esta forma, padres y
entrenadores forman parte del denominado entorno deportivo , jugando un
papel fundamental en el desarrollo del niño. Su influencia sobre la
percepción de su habilidad está constatada en multitud de estudios.
También
existen investigaciones que confirman su influencia sobre en las
consecuencias emocionales y afectivas de la práctica deportiva. En este
contexto es fundamental que los padres tengan presente cuáles son sus
funciones más importantes en la iniciación deportiva de sus hijos.
Jaume Cruz, Catedrático de Psicología del Deporte de la Universidad
Autónoma de Barcelona, establece las siguientes funciones de los padres
en la iniciación deportiva:
1.
Favorecer la participación deportiva de los niños y niñas. Los padres
deben favorecer la participación de sus hijos en actividades físicas y
deportivas además de las propias del curriculum educativo. En este
sentido es importante que como padres conozcan la oferta de su
localidad y que les animen a participar, siendo el propio ejemplo de
los padres la mejor estrategia para favorecer la participación
deportiva de los hijos.
2. Ayudar a sus hijos e
hijas a que decidan cómo practicar deporte.Los padres son, en la
mayoría de los casos, quienes mejor conocen a sus hijos. Por ello deben
asesorarlos en la elección del deporte y el grado de implicación. Esta
elección se debe basar en las preferencias de los hijos, siendo el
papel de los padres el de ayuda a la hora de analizar las ventajas e
inconvenientes de las diferentes opciones.
3.
Ayudar en la elección del deporte a partir de dos principios básicos:
cada niño es importante, cada niño es básico. En este sentido es
importante que los padres ayuden a la elección del deporte de sus hijos
teniendo presente características del niño como su condición física,
su autoestima o su confianza. También se debe considerar las
características del deporte puesto que las exigencias no son las mismas
en un deporte recreativo que en uno de competición. Tampoco lo son en
uno individual frente a uno de equipo. Los padres también deben tener
presente la calidad de los técnicos deportivos y entrenadores, así como
aspectos organizativos de la entidad como horarios, coste económicos,
materiales, etc.
4. Facilitar la participación
deportiva y la elección de un club. Una de las funciones más
importantes de los padres tiene que ver con la elección del club o
entidad en la que el hijo va a practicar su deporte. Es importante
confirmar que los monitores y entrenadores aplican los principios
psicopedagógicos fundamentales del entrenamiento para jóvenes, además de
estar técnicamente preparados. En este sentido, la concepción que
tengan de la competición será un aspecto que se deberá valorar
detenidamente.
5. Mostrar interés por las
actividades deportivas de los hijos. La comunicación con los hijos,
sean deportistas o no, es uno de los pilares básicos de la educación.
Saber escuchar y estar disponible cuando los hijos necesitan algún
consejo es uno de aspectos cruciales para poder ayudar a un hijo
deportista. En su vida deportiva va a tener momentos en los que
sentirse escuchado y apoyado por sus padres facilitará la aceptación de
los resultados.
6. Asegurarse que los niños
practican deporte de una manera saludable. Como hemos visto cuando
hablamos de los motivos de participación deportiva y causas del
abandono es fundamental que el deporte y la práctica deportiva se
desarrolle en un ambiente de diversión y se ponga el énfasis en el
esfuerzo por realizarlo lo mejor posible.
7.
Ayudar en las tareas logísticas del club o escuela deportiva. La
participación de los niños exige importantes esfuerzos organizativos.
Por ello es fundamental la implicación de los padres en las tareas de
apoyo a los clubes, encargándose de temas económicos, logísticos o de
relación con otras entidades.
En definitiva, el
papel de los padres es fundamental en la socialización deportiva de sus
hijos. En este proceso de socialización deportiva se puede diferenciar
la influencia que tiene el que los padres sean modelos para sus hijos,
las creencias y valores que transmiten, y las conductas relacionadas
con la actividad deportiva.
En este sentido
destacamos los trabajos realizados por Frank L. Smoll en los que
analiza la forma de comportarse de los padres mientras los hijos
compiten. Este autor distingue varios tipos de padres, y que a
continuación exponemos:
1. Padres entrenadores de
banda. Son aquellos que entiende o creen entender el deporte que
practica su hijo, por lo que realizan frecuentes sugerencias a los
deportistas, que pueden contradecir al entrenador y generar
desorganización en la estructura interna.
2.
Padres excesivamente críticos. Son aquellos que nunca están satisfechos
con la actuación de su hijo. Suelen reprenderlos y regañarlos,
enfocando la práctica deportiva como algo más suyo que del propio hijo.
Suelen tener expectativas y objetivos poco realistas respecto a la
progresión deportiva de sus hijos.
3. Padres
vociferantes. Suelen colocarse de forma próxima a los jugadores y actúan
gritando e insultando a jugadores, árbitros e incluso a los jugadores
de su propio equipo. En definitiva son aquellos que no logran
contenerse en la grada y continuamente manifiestan sus pensamientos en
voz alta, gritando y dirigiéndose a cualquier persona del campo.
4.
Padres sobreprotectores. Hacen referencia a aquellos que presentan una
exagerada preocupación por los riesgos que comporta el deporte que
practican sus hijos.
5. Padres desinteresados.
Fundamentalmente se caracterizan por no reconocer el valor que el
deporte tiene en la educación de los más jóvenes. Se caracterizan por
no acompañar ni asistir a los entrenamientos y competiciones de sus
hijos. En definitiva, no se preocupan por el desarrollo de la actividad
deportiva.
En definitiva, a lo largo de su vida
deportiva un entrenador o monitor deportivo se va a encontrar con
diferentes tipos de padres que no siempre van a tener el comportamiento
deseable. En estos casos es importante que el técnico deportivo tenga
claras una recomendaciones que le pueden ayudar a gestionar la
situación. Por ejemplo, en el caso de los padres críticos y los que se
pasan la mayor parte del tiempo gritando e insultando, conviene hablar
con ellos de forma individual y buscando un momento adecuado en el que
no esté presente la tensión. A través de una conversación tranquila se
les debe trasmitir que su forma de actuar no favorece a sus hijos.
Además, es importante darles otras alternativas que beneficien a los
menores como mirar el partido sin realizar comentarios. También es
importante hablar con los hijos para que estos centren su atención en
los estímulos relevantes del juego y únicamente hagan caso de las
instrucciones del entrenador.
Otros comportamientos
que también se pueden dar entre los padres y que no favorecen a sus
hijos se producen por un exceso de preocupación o, por el contrario,
cuando los padres no prestan atención a las prácticas deportivas de sus
hijos. En ambos casos conviene tener una conversación con los padres
de forma individual para explicarles las consecuencias de sus
comportamientos. En el caso de los superprotectores, centrando la
conversación sobre los escasos peligros del deporte y, en el caso de los
desinteresados, en las ventajas que proporciona el deporte y lo
importante de su implicación.
Con los años y la difusión de estudios y conocimientos se está
logrando que el número de padres que apoyan positivamente la
participación de sus hijos en actividades deportivas vaya en aumento. A
este incremento han contribuido notablemente las materiales de
divulgación y charlas para padres realizadas desde diversas
instituciones. Son cada vez más los padres con una implicación adecuada
y que colaboran adecuadamente con el entrenador en la educación
deportiva de sus hijos. Son los denominados por Dosil (2004) padres
participativos-colaborativos.
En definitiva, los padres
tienen un papel muy importante que desempeñar y los técnicos y
entrenadores deben contribuir a promover en los padres una serie de
características como las que a continuación presentamos a partir de
diferentes trabajos (Dosil, 2004; Gordillo, 1992, 2000, Cruz, 1997;
Smoll, 1986; Smoll y Smith, 1999):
1. Aceptar el papel del entrenador, sin realizar interferencias en sus instrucciones y planteamientos.
2.
Aceptar los éxitos y fracasos de los hijos, facilitando que el
hijo centre su atención en la mejora y quitando importancia tanto a la
victoria como a la derrota, todo ello en un ambiente de respeto al
equipo contrario y a los jueces.
3. Mostrar una dedicación e interés adecuado, dando apoyo y ánimos tanto en los entrenamientos como en las competiciones.
4. Ayudar a que los hijos tomen sus propias decisiones.
5.
Ser un modelo de autocontrol para el hijo, aprendiendo a
controlar las propias emociones y favorecer emociones positivas en los
hijos, evitando las críticas y las instrucciones tanto durante los
entrenamientos como en las competiciones.
En síntesis, lo
importante es que los padres se ocupen de aspectos que están
relacionados con el desarrollo de la actividad y que minimicen el
excesivo interés por el resultado final de la misma, con el objetivo de
que con el paso del tiempo los jóvenes deportistas asuman que lo
verdaderamente importante es el esfuerzo que han realizado (Dosil,
2004). Esta forma de enfocar la práctica deportiva de los hijos se debe
ver reflejada en el cambio de las preguntas típicas que se suelen
realizar al finalizar una competición. Las preguntas del tipo ¿cómo has
quedado o ¿has ganado? deben dejar paso a otros como ¿Qué tal te lo
has pasado o ¿cómo has jugado? (Dosil y González-Oya, 2003).
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